arcoiris

Por fin el corazón ha vuelto a respirar, a bombear ilusiones, a latir esperanzas, a hacer planes; te he dicho que sí porque no puedo decirte que no, mis manos no dejan de buscarte y mi espalda de redimirse ante tus manos, ante tu voz de turrón. Las palabras no se quedan a mitad de camino cuando las susurras, se vuelven un pacto, un amanecer con destino a la felicidad, me vencen en el podio de tu vanidad. Por eso es que esto solo lo entiendo yo porque te lo digo y tú porque te lo explico. Es delicioso abrazarte de frente, pero mirarte de reojo y perderme en ti es un arcoiris, una obra de arte, una palmera de colores, una pincelada refinada.
El clima me tiene celos, no sabe lo que es un vaivén de escalofríos al sentir tus roces o estremecerse al quedarse los dedos pegados a la piel, tocando el silencio y desconcertando la razón. Mi escenario a tu lado es el monte de los olivos, se deshilan las dudas, se descose la incertidumbre, la vida deja de ser un compromiso y el amor se viste de gala, es un espacio de paz.
Puedo brindar por las veces en que besarte los hombros me ha llevado a ver la cima del mundo, pero tú puedes brindar, celebrar, porque como tú has conquistado mi tierra: nadie.

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