góndola

Salí a pasear esta mañana, quise buscar en la calle los colores que le hacen falta a mi alma y con suerte encontré mucho más navegando: tu sonrisa en cada ventana. No me sobra el valor para insultarme porque no debí esperar tanto para hacer este recorrido; ya sé que la vida a veces es muy injusta, pero hasta que no te pegas contra los obstáculos una y otra vez se hace difícil de comprender. Desde esta góndola el mundo se mira tan bonito, seguro que cualquier gondolero lo puede afirmar, y todo empieza con estas rosas amarillas en la proa. Hay que seguir navegando.
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