el sol te persigue

Descomplicado. Te recuerdo con el labio descomplicado y unos ojos donde mirarme. No puedo comparar ninguna sensación reciente con la de tener nervios al sólo ver tus fotos; me entretienes las ganas sin saber y desestabilizar mi inteligencia emocional nunca me fue un reto personal. En tu sonrisa está Dios y por el amor de todo lo sagrado juro que al verte hablar, sin parar, te germina la seguridad y bastante actitud.
Estás ahí, tu boca es una tormenta tropical y el sol te persigue porque hueles a mar; tu cuerpo es un volcán descomunal sin moción pero con veinticuatro horas de vida para mis ojos y mi memoria, en algunas ocasiones; frente a frente, tu cuerpo es un huracán colosal y las nubes te persiguen porque hueles a madera recién cortada. Me hace efecto no perder la oportunidad de empezar de nuevo. Tengo la escritura fácil pero no soy de buscar un blanco fácil, no sé si me entiendes, no pretendo defenderme, me convences de admirarte y tirarte un piropo que te haga desprenderte de tus raíces; jamás logré sacarle ventaja a la exageración hasta que tu risa cayó en la palma de mi mano. Mucha belleza junta me destruye, empezando por tus ojos, así grandes, me entusiasman y después con tu sonrisa, me ilusiona: todos los fetiches juntos.

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arquitectónico

Estaba tejiendo una respuesta, un saludo, una carcajada, un pensamiento... Todos con un mismo hilo, el de 'ilusión'. De a poco hemos ido improvisando, eligiendo qué buscamos compartir, qué vernos de las recomendaciones, mirando qué nos enseñamos para ser mejores, nos hemos ido definiendo... De todas las posturas que la vida te obliga a tomar, me quedo con la de seguir contando lo que siento. Quiero elegir un abrigo, el calor de un cuerpo, unas manos tibias y húmedas por el sudor de los nervios, una mirada limpia y que brille, una sonrisa fresca y que me vuelva loca, una mente amplia y sin barreras... A ti. Quiero elegir un dibujo, arquitectónico, que me dejes empezar a expresarlo por sección, pensando en que habitaremos dos, con tus detalles y colores, con nuestros espacios. Y que estés al corriente de que no soy fan del café pero sí de tocarte el amor propio. Y que mucho menos me escapo de enamorarme ocho veces o más por mes, pero me mueve el piso hacerlo siete veces por semana de tus ojos grandes, tu boca de trazo triste y tus manos de dedos cortos. Y que para hablar de lo que me emociona, literalmente, debo exagerar porque sino no es gracioso y a mí me gusta reírme de mí. Y que me gustan las siete artes, salvo la escultura, pero la silueta de tu cuerpo me hace pensármelo... No he logrado definir lo que ha sido coincidir contigo en menos de 24 horas, pero se me abre el pecho y se me inflan las ganas de escribir y describirlo.
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