amor perfecto

"Yo la cuidé, Guilaine. Yo le dí todo".
Así se empezó a contar una historia, y que continuó sin ganas, pero debía escribirse.
"Sí faltaron algunos 'requisitos' que siempre buscaba, pero ¿qué le vamos a hacer? Para la perfección solo estuvo este amor, que de a poco por los caprichos, los cambios, las exigencias y la tajante y persistente inconformidad terminó sentenciándolo; lo colgó en los alambres de alta tensión que están en las calles... No debería de decir que sufrí, capaz que se entere y entonces volveré a ser el mismo idiota. Se me gastó el color de los ojos de tantas lágrimas; las manos sin fuerzas de tanto temblar, de conocer la verdad y querer dibujarla a mi antojo para hacerme feliz... El corazón habló a su manera en muchas ocasiones, se aceleraba y desaceleraba, me dejaba saber que quería continuar, que en todo momento lo haría, siempre que no tuvieran que llegar a pisotearlo. El problema es que no puede pasarse uno más tiempo triste y preocupado, que alegre y ligero. No quisiera ser malo, crudo, insensible, porque yo no quiero dejarle una herida por mi rabia; es una herida que aunque luego me arrepiente e invente mil formas de pedirle perdón, le dejará una cicatriz. Y esa cicatriz no dejará nunca de sacarse en cara. Por eso te lo cuento a ti, Guilaine. Mi enojo con ella no logra enterrar mis sentimientos; a ella la quiero, sólo que alguien tiene que saber que nada es perfecto. Ni siquiera este amor lo fue".