vengo del futuro

Pregúntame cómo estoy.
Disuelve el silencio.
Niégame la indiferencia.
Sálvame el tiempo.
Ármate de voluntad.
Búscame en la tierra prometida.
Acércate a mis púpilas.
Cúbreme con tu voz.
Atrápame en tu pelo.
Abrázame los pulmones.
Bésame la palma de mis manos.
Quiéreme un poco menos.
Vengo del futuro: te quiero todavía.
¿Qué significo para ti?
'Olvídame tú (que yo no puedo)'.
Perdóname por mentirte; mi temor es que lo hagas.
¿Me puedes definir?
Abrígame el vacío.
Aclárame las dudas.
Méceme el sueño.
Duérmete en mi vientre.
Despiértame mojada.
Protégeme la suerte.
El paraíso es tu cara.
La fortuna es tu ser.
Y tienes lo más importante del mundo y sin poseerlo: mi amor.

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dos cabezas, un corazón

Caminas suavemente, mantienes tu sonrisa, ahora estás leyendo un intento de poesía, de la que no enamora, de la que no convence, pero al menos lo sigo intentando, sin resquemor; te dejo ser, tú, bombón, es la mejor opción. ¿Me dejas acompañarte? Te voy a llevar de la mano, que nos guíe el clima, te ofreceré mi atención, el momento, la vida, la reflexión y mi inmadurez, porque dure.
¿Te acuerdas cuando me besaste y trajiste a mi boca la sorpresa más redonda y versátil de todos los tiempos? Sencillo; se me puso la piel de gallina y sólo me sonaba los dedos, me estremecí, me amotiné, sin malicia, fue el despegue a la troposfera.
¿Te acuerdas también cada vez que te acercabas a mi cuerpo por detrás y deslizabas tus manos por mi cintura para abrazarme por la espalda? Simple; me arrancaste los pies del suelo y me olvidé de las pistas para seguir, asimilé que somos dos cabezas y un corazón latiendo al mismo ritmo.
Dibújame un mundo contigo, en tu espacio de ensueño, asáltame el día, escápate de la rutina, no pienses hacer nada especial y cuéntame qué has imaginado.

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saco pecho

Esto es cuestión de admitir lo que nos pasa, sacar pecho, dejar a un lado la ropa del corazón, desnudarlo, abandonar este síndrome de abstinencia y no escondernos el amor (ni tú a mí, ni yo a ti). Reconozco que a veces trato de ponértelo más fácil, no intento callar los defectos, los problemas y las desilusiones, pero es que la vida funciona así para mí; sigo siendo la misma ilusa que prefiere no complicarse la existencia con excusas sin bases, argumentos aburridos e ideas inventadas. Me haces sentir que en algún momento he perdido la razón, y no es desagradable saber que alguien que no le guste hacer daño te haga perder el norte al tocarte las pestañas, sobretodo cuando me expongo a flor de piel. Tengo ganas de tu voz, deseos de mecerte la mirada, necesidad del calor de tus manos y ansias de aterrizar encima de tu espalda. Si algún día echas la vista atrás y te pides explicaciones, ojalá que se contesten en un puño de caricias.
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pequeños

No quieres crecer, no te gustan las caras tristes y no quieres vivir para ser mayor, sino vivir para ser pequeño, pero siempre me contestas como un adulto más.
Para nosotros los pequeños no hay nada imposible.
Para nosotros los pequeños no existen las despedidas.
Para nosotros los pequeños no hay que entenderlo todo y sólo perdemos la cabeza en una cobija calientita o un cuerpo que nos cubra el nuestro por completo; nos basta con saber que la felicidad está en el refugio de un pecho reconfortante. Tampoco nos gusta que nos hablen feo, apenas podríamos tolerarlo si lo hacen despacio porque no nos agrada nada de prisa, nada; ademas sabemos que después podríamos llorar y por cada lágrima muere un hada. Y ya sabes el quilombo que se arma con Peter Pan.
Para nosotros los pequeños no hay que esperar recibir para dar, cualquier día es lindo para ofrecer un beso, una sonrisa que termine en una risa imparable y una mirada llena de ingenuidad, sin nada a cambio.
Nosotros los pequeños no completamos jornadas, quehaceres y diligencias, sino sueños en nuestro propio mundo, porque nadie nos toca y nada nos perturba.
Para nosotros lo mejor es quedarnos pequeños y perdonar a los adultos, porque no saben que lo que vale es lo interior… La ropa interior, sí. ¿Ya entiendes por qué duermo así?
Para nosotros los pequeños no hay motivo para negar un abrazo; un abrazo es reconciliador y protector, sin necesidad de palabras susurra un 'todo va a estar bien' y un 'te quiero' también.

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royal kiss

Los labios están para besarnos, reconocernos, enterarnos de lo que nos duele, de nuestros momentos de felicidad y para llevarnos a otro nivel; están todos los sentidos involucrados, existe una intimidad absoluta, incontenible, donde todo encaja con naturalidad. Y si hablamos de nuestros besos te diría que congenian con elegancia, y si hay que entallarle algún sabor no es ni dulce, ni salado, ni mucho menos agrio, sólo sé que existe la magia de dejarnos flotando, de romper con la gravedad del mundo y acabar mojándonos más y más. Me dejas con ganas de vivir, saciarme y reventar de amor. Me reinvento, me pinto a color, me alimento y me dejo ser en un beso tuyo; un 'royal kiss'. ¿Y tú qué sientes?
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frente equivocado

A veces sufrimos más de lo que nos toca, en parte porque batallamos en el frente equivocado, yo sigo intentando ser tu salvavidas, pretendo que veas que no hay porqué ser prisionero de ciertas guerras y, quizás, por eso me culpas. Tienes razón, mis letras no te pertenecen, son mías, vienen de mi interior, de mis grietas, de mis paredes, y las publico al mundo cuando quiero, si me siento con las ganas, pero sería absurdo no concederte los créditos si eres el motivo de inspiración. Lo sabes. Lo sé. Y no hay nada malo en ello. Lo correcto también sería hacer la salvedad de que pocas veces suspiro con diferentes velocidades; sí, corazón, te explico lo que me pasa, tengo suspiros de una sola inhalación y exhalación, y luego está el más emblemático: una sola inhalación, bien profunda, y dos y hasta tres exhalaciones, rápidamente. Esos, esos suspiros son míos por igual, aunque vienen justo cuando pienso en ti, cuando te recuerdo, valga la redundancia, cuando te recuerdo me hago más fuerte, así que no tengo raíces para odiarte. Saca eso de tu cabeza.
Hoy puede ser un gran día, antes descansa, anda a dormir, acá queda un abrazo también, por si lo quieres.
Juégatela un poco, ¡valiente!

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púrpura

Haces burbujas con tu ingenio, ¡qué divertido!, naces de la risa, de la de los bebés, el blanco te sienta de miedo, terriblemente bien; tienes un lindo mal genio, sin malos modales, respiras compasión y todos te invitan a vivir al país de las maravillas o a la tierra prometida. Yo te invito a mi casa, la de los objetos perdidos, donde hay cuentos antes de dormir, a cualquier hora, y donde se viaja al Monumental, Wimbledon y a la tierra firme de tu piel, de marfil; después de regresar, te regalo una estela de felicidad, una iris, púrpura, en la habitación del amor, de la fiesta, de las alpargatas. Rebobino tu imagen, con rebeldía, con atrevimiento, de cuando dormías en mi pecho y entiendo una y otra vez que no soportas no poder reparar las cosas. También yo dormí en tu pecho, en tu volcán, y te convertiste en el ruido de mis latidos, los suspiros de mis pulmones y el fantasma de mis noches. Te guardo una nota, en una servilleta, que nadie se entere, convídame del caramelo, de tus ojos, fúndeme y abona mis sentidos con tus caricias.
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agua de caña

Te creo, no estás haciendo uno, sino dos esfuerzos, yo hago tres, tres leches, no es fácil, pero no lo desees, es una broma; mejor suspira, róbame un beso, de azúcar, de caña, y de agua, de coco. Guárdame dentro de ti, escóndeme, en la palma de tu mano, la zurda, la arqueas tan lindo, y luego aliméntame con ella. Mírame, "te quiero", tengo algo que contarte, aprendiste bien, rápido, ya contestas todo sin decir nada, además con clase, te felicito. Es mi mejor legado. Me quiero reír, me hace gracia, eres inteligente, pero sabes cuándo usar la astucia; es vital conocer sus diferencias. Las palabras valen, tanto como los hechos, son promesas, no problemas. Te extraño, no lo que haces, no a dónde vas ni lo que ves, si estoy en todos lados, contigo, en el corazón, y te cuido; te extraño inolvidable. No digas ‘adiós’, mejor ‘hasta luego’, es un riesgo, no hay necesidad de decir medias mentiras. Ya lo sé, yo también soy difícil, pero los tesoros se protegen, por eso se vale soñar, soñar es sentirse despierto. Bébeme despacio, endúlzame lento.
FlickR Monica Camponovo

absorbida

Quiero tomarte los pulmones prestados y junto a los míos gritar a quemarropa con la mirada que estoy absorbida. Tal vez no tendrás tiempo de percibirlo, ahora vives corriendo, con prisa, itinerarios cargados, e inesperados, pero este es el inicio de 'tu momento', debes vivirlo, aprovecharlo, es tu derecho; sé de tu agenda, lo recuerdo, me contaste con pasión, no paras a observar, te cruzan los detalles; a mí también, pero no he dejado de plasmar todo lo que te pueda ayudar a encontrarte, y a encontrarme contigo. Son tantas palabras, no se las lleva el viento, están ahí, ya tienen su espacio, en un punto, paralelo, donde te alcanzan, pero ¿te siguen moviendo el piso? Comprendí aquel dolor en esa sonrisa fingida a ratos mientras estuviste de vacaciones, tu rabia ante mi negligencia mezclada con todo el amor que te había suplido en 48 horas y las razones que remolcan a este silencio. Me he fundido en tres motivos que, eventualmente y cuando la vida quiera, hablaremos; yo propongo hacerlo al momento en que me encuentre deslizando mis labios por tu espalda con besos de niños, de esos que suenan tiernos y son tan desinteresados. Después de ese momento, te diré que me fascina tu forma de caminar, tus pies, finos, verlos, admirarte al descansar, con tu piel al aire, si bailas también, porque bailas rico, con tu sonrisa se hace más dulce, es mi sinfonía. Te invito a verme, tengo confesiones, de abrazarte el mundo, de mis ganas, de saberte cerca, derretirme, contemplarte, las manos, su postura, y no menos tu boca, sus labios, tan nutritivos, es cruzar el atlántico a mordidas. Sin despedirme, que tengas un lindo día.
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fuego

Te escribía cartas prácticamente a diario durante el último mes para no partir(me); me estaba sacando todo día a día, pero me invadió una rara sensación de que me estaba quedando sin nada. Por un lado, es lo mejor que me puede pasar para olvidarte o, simplemente, para abrirme a una nueva historia; por otro lado, no quiero que me dejes un vacío. Lo he pensado incansablemente y he tenido la intención de quemar a puro fuego esa fuerza de voluntad; no sé si te estoy haciendo daño y prefiero cortarlo. Además, escribir(te) parece que dejó de ser una solución desde hace un semestre. Lo peor es no saber si te hace falta o no. Hay días que todo se ve con calma, otros en que la preocupación del recuerdo agita y mis ojos lo transmiten, sale todo desde el fondo, echando de menos decirte a la cara que quiero un beso y necesito un abrazo. Esto lo gané yo, no es divertido ni mucho menos simple, pero sé que puedo cargar con más que tú y el tiempo me ha dado la razón, por eso lo llevo a lomos, sin quejas. Sin quejas porque esta historia en su momento fue fabulosa, un tesoro, un cumpleaños, en la que reproducir sus escenas es un espectáculo. Ahora lo transcribo, para darme cuenta de todo lo que se queda sin respuesta, del tiempo que pasa, de los problemas que desato, de los consejos que no sigo, pero es tan natural, en mí, en ti, sabernos qué decir y que por eso tú no lo dices y yo me refugio. No hay afán, no hay desgaste, es sólo la tenacidad de estos sentimientos.
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