agua de caña

Te creo, no estás haciendo uno, sino dos esfuerzos, yo hago tres, tres leches, no es fácil, pero no lo desees, es una broma; mejor suspira, róbame un beso, de azúcar, de caña, y de agua, de coco. Guárdame dentro de ti, escóndeme, en la palma de tu mano, la zurda, la arqueas tan lindo, y luego aliméntame con ella. Mírame, "te quiero", tengo algo que contarte, aprendiste bien, rápido, ya contestas todo sin decir nada, además con clase, te felicito. Es mi mejor legado. Me quiero reír, me hace gracia, eres inteligente, pero sabes cuándo usar la astucia; es vital conocer sus diferencias. Las palabras valen, tanto como los hechos, son promesas, no problemas. Te extraño, no lo que haces, no a dónde vas ni lo que ves, si estoy en todos lados, contigo, en el corazón, y te cuido; te extraño inolvidable. No digas ‘adiós’, mejor ‘hasta luego’, es un riesgo, no hay necesidad de decir medias mentiras. Ya lo sé, yo también soy difícil, pero los tesoros se protegen, por eso se vale soñar, soñar es sentirse despierto. Bébeme despacio, endúlzame lento.
FlickR Monica Camponovo

1 comentario:

  1. Tus letras no me pertenecen, tus besos tampoco, ni siquiera uno te de tus suspiros es mío. No me odies, perdóname el atrevimiento de contestarte (Mereces más que el silencio) y promete no abandonar el barco porque tu silueta en medio de tus palabras es lo que me mantiene a flote.

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