tu pendiente

Es la hora de expresarse, de mirarte, de rebelar mi tortura, de pedir un deseo al sol cuando amanezca y no a una estrella fugaz, de ser el pendiente que embellece el resto de tu marco facial y también el preferido en tu agenda.
Es una nueva historia, más "old fashion", aquí, ahora, atípica; ponte lo que quieras de mí, mi tatuaje, mi sonrisa o mi confianza y vamos a pasear por el Duomo, en vida, sin reversiones y, al mismo tiempo, borremos mi onda antipática en nuestro primer encuentro, el desierto con el que te abracé y el sudor de la gente amontonada.
Voy a hacerte un rendibú y con esto me marcho: tu rostro es una galería de arte y debajo de ese lenguaje corporal no hay cargos de conciencia.

FlickR

No hay comentarios:

Publicar un comentario