incomparable

Recolectar los besos que nos damos, guardarlos en una caja de cristal, recoger lo que dejamos al ser una piel, contar los abrazos que nos calientan el cuello, comprimirlos en un cielo incomparable, sí, en un cielo porque ocupan mucho espacio, y saborear el dulce encanto de hacer el amor al querer bien.
Sigo.
Llevo en el bolsillo de mi corazón el timbre de tu voz para escucharlo al despertar y el sonido de tus besos para devanarlo al despedir la noche.
Mis manos recitan nuestro cuento, mis ojos entrevén nuestra nostalgia y mi lengua expresa el amor que se esconde detrás de cada palabra que intenta apurar a un entierro perpetuo tu duda y la mía. Supongo que tu mayor desquite contra el mal tiempo será conseguir finalmente calentarme el pecho con algo bonito.
Yo te contaré un secreto, porque tú ni te enteras a veces... Ya lo conseguiste.

FlickR

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