Empezar el día con buenas vibras hubiera sido deslizar mis cinco dedos por todo tu rostro, de norte a sur, para despertarte. Luego descansar mi cabeza en tu pecho, en el centro de las ganas y volverme a dormir. Estás latente entre los recuerdos; es el desequilibrio de siempre, es el encuentro en cada madrugada y es el echar de menos sin fronteras, sin verbos... Estás en las páginas que se empapan de nuestra historia, de nuestros besos, de las caricias que se guardan en cada letra y respiran en cada palabra. También estás en la tinta que mece mis emociones, escribiéndome la carta más linda del mundo. Te desmenuzo sin tocarte, con los ojos y te convido a cultivarte en las paredes de mi boca, a darme el beso del año.
FlickR
Tus letras son solo un reflejo de la bella chispa que producen tus dedos al teclear cada pensamiento que cruza por ese inmenso mar de ideas y sentimientos que solo en tu mágico mundo existen.
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