sombreros, sombrillas

A veces hay que desintegrarse para caer en cuenta de que los sombreros protegen verdades y las sombrillas cubren los corazones para no mojarse con los miedos. Pero acá lo importante es que sabes que poner mis manos en tus caderas es un volcán y que si lo compaginas con dos abrazos termino titilando en tu barbilla. Saberte feliz es querer entrar por tus puntas nasales e instalarme en tus pulmones para inflarte el pecho de amor y sonrisas.
Tú, desde que te enteraste que el horóscopo ha dicho que mi día de la semana es el martes, haces magia con tus dedos convirtiendo cualquier día en mi jornada favorita. Y yo no hago otra cosa que escribirte una nota más, una que a lo mejor guardes en un lugar distinto, quizás menos valioso pero más acogedor, con el propósito de colarme en un nuevo sitio donde luego me vuelvas a encontrar.
Me has dejado tu sombra pisando mis huellas; no me despego de tu silueta y desde entonces me inspiras sin pudor.
Hoy quiero entregarte mi sombrero.
Hoy quiero regalarte mi sombrilla.

FlickR

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