días raros

Habrán pasado los días más raros desde la última vez que hablamos; el universo se empeña en alinear los planetas para que yo trate de caminar en puntillas sobre ellos mientras no olvido ni a trompetazos tu risa. Te busco donde sé que no voy a encontrarte, te pienso en los lugares que sé que no existen en mi mente y te encuentro en cada trago de saliva. Hemos visto tanto con ojos de adultos, pero hace falta hundirnos bailando en el fondo de nuestras gargantas; hace falta tanto que a veces no es fácil saber por dónde empezar. Hace falta abrazarnos hasta rompernos los huesos, mirarnos hasta gastarnos la retina, decirnos al oido lo injusto que es el mundo, olernos lo poco cierto que nos queda, saborear lo lindo de las cosas que no tememos gritarnos y que por cordura terminan perdiéndose en los trenes de las grandes ciudades y en las calles sin salida de las pequeñas ciudades. Hace falta hasta llorar...
FlickR

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