ánimo

Emigré un día que se alistó y se vistió de negro, me fijé que el marco de uno de sus ojos hacía verlo más pequeño que el otro, una de sus cejas se arqueaba más que otra y si bajaba la mirada me encontraba con un pozo donde escondía toda su magia. Sus ojos son marrones, pero deberían de llamar más la atención, son luminosos y sirven de guía aún cuando duerme.
En ocasiones sonreímos para capturar un momento, darle la virtud de que sea uno feliz, un buen recuerdo y que tenga su intento de imagen eterna, pero yo sonreía interminablemente por dentro y por fuera al ver su sonrisa, grande y esplendida, era un escándalo disfrazado de alegría.
Hay rostros que no mienten, son tan predecibles que acaban con cualquier mentira, por eso valoro y respeto lo que siento. Vuelve a sonreír con los ojos y vuelve a mirar con la boca. No te quiebres, ánimo y fuerza.

FlickR

2 comentarios:

  1. esa sonrisa en una despedida... ese momento en el cual no sabemos si nos sonrien por cortesia, pena, o quizas porque mantienen una esperanza...

    hermoso Guille.
    XOXO

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  2. Ojala hubiera una especie de triangulo de las bermudas en el Corazón para que desapareciera todo lo que me recuerda a ti (mi corazon); así, sin explicación.

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