espejismo

¡Hola!, ¡buenos días!, me despierto sin el sabor dulce de tus besos, sin saber que estás bien; no sé si estos días tan fríos me han vuelto insensible o quizás a ti, ni tampoco sé si el torpe quehacer es tu agobio. Estoy sin saber a dónde se enterraron los sentidos que nos mueven el piso. Pero sé que estás ahí, a tu forma y lo demuestras a tu manera, cuando puedes, cuando quieres, cuando ambas se combinan y logran decorar el día más bonito para mí.
¿Dónde te veo? Quizás en un bus, en dos semanas, camino a la playa, con el mundo sonriendo por el retrovisor. Yo te encuentro en todos lados; te extraño sin tenerte y sé que no te tengo con extrañarte.
¿Piensas en mí? Yo sé que sí.
No he tenido las mejores relaciones, ni las mejores experiencias, pero las que he guardado me han hecho entender que el problema no es terminar una relación; sino tener valor de empezarla desde cero.
La gente tiende a deslumbrarse con las primeras impresiones y se malinterpreta lo que se llama amor a primera vista por una emoción momentánea, por un estado emocional muy intenso y esa primera impresión que nos produce un temblor pasa a ser un simple espejismo.
¿Soy un espejismo? Yo sé que no (?).