la felicidad la venden en los bosques

Te sienta bien el frío, andar de chaqueta, elegante, a la moda, ponerte una bufanda, si quieres; me dan ganas de mirarte, fijamente, quedarme quieta, estar a tu lado, baldearte cada centímetro de tu pecho, consentirte y empeñarme en comprarme dos tanques llenos de felicidad, y compartirlos contigo, uno para cuando arrugue la melancolía y otro para cuando apriete la tristeza. La felicidad la venden en los bosques, ya no la busco en cualquier escaparate en las afueras de la ciudad, ni en la misma ciudad; no sirve de nada. Y no me seduce la idea de engañarme por un momento pensando que puedo reemplazarla con el conformismo y en otro aflojar las fuerzas por querer mentirme pensando que no puedo conservarla. Eres tú, tus intenciones desconcertantes y mis deseos irracionales; soy yo, mis ilusiones impasibles y tus caricias inesperadas. Ahí empieza lo que no es eterno pero pleno, lo que no es infinito pero reconfortante, lo que no promete pero tampoco desiste. No olvides volverme a enamorar e invitarme a cenar en tu colchón cuando empiece la primavera, al estilo tradicional, intercambiando besos con sabores y flores con aromas; no podré contener mi larga vida, los elfos me tendrán envidia y los duendes perderán su magia.
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no es tu fuerte

Ya no dices nada cuando me lees, tal vez, a lo mejor, te saturas, estás sin tiempo, aunque vistas con reloj; yo te entiendo, hay malas rachas, que consumen más de lo que deben, y se hace más fácil y práctico esconder la cabeza, no dar la cara. Pues, te invito una ensalada, mediterránea, sin alcohol, no es bueno que bebas, no es tu fuerte; me gusta cuando nos encontramos, las citas, desatender las cosas, acariciarte la mano y tomarnos de la mano, quitarnos las máscaras, en plena terraza, sin gente, sería una fiesta para dos. Yo te dejo descansar, madrugas muy seguido y sigues la misma ruta, pero, a veces, quieres explotar, porque mereces más y no obtienes bastante. Yo te regalo ésta estación del año con sus hojas, en mis ojos, en los labios te regalo la primavera y si me tocas preferirás el verano, de por vida, y si dejas de hacerlo se secará el nido, el frío enjuiciará todas las emociones. Me pregunto si conoces los colores del otoño que termina… Son mis colores favoritos, las hojas me recuerdan a tus expresiones naranjas, amarillas, marrones, rojas… Puedes creerme, son tus facetas las que no quiero que me olviden, ni dejen sin significado un te quiero, un te extraño o como me consientes de a poco y sabe a mucho, porque tampoco es tu fuerte pero cuando te esmeras te queda de 10.

un café

Lo notas, sé que lo notas. Me conoces, no es un misterio, no es un secreto. Las cuerdas de mi voz se adormecen, por no decir que se rompen, y solo espero a que se pase la noche, viendo la luna acostarse sobre el mar, durmiéndome. Necesitas un abrazo, suave, y con aromas, a lavanda con pureza de cielo, a"Downy", a ti. Hoy debes estrenar tu nueva placa, salir, brindar, a tu gusto, bailar, entre luces, para que te miren, para que miren lo grande y genio que eres; yo eso ya lo sabía, así que quisiera invitarme mejor a pasar a tu sala, a ver tu sonrisa, lo que siempre ha sido tu "estreno de gala"; es verdad, tu sonrisa es el mismo rodaje, la misma silueta, pero me ilusiona todos los días, es "Hollywood", hoy más que nunca, y no puedo saborearlo. No puedes verme, seguirme, contarme los pasos ni cortarme la melancolía; un café nos espera, a solas, ojalá fuera a la vuelta de la esquina, el sofá está impaciente, solo, triste, ansioso y frío, yo también. Estas ganas florecen, es la primera gota que derrama el desespero, divide la paciencia en dos, entre mi boca y mis manos, por querer complacerte, acariciarte y engalanarte para mí sola, para pasar la mejor noche, en el país de las maravillas, sin "Alice", sin espectadores, sin temores.
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arcoiris

Por fin el corazón ha vuelto a respirar, a bombear ilusiones, a latir esperanzas, a hacer planes; te he dicho que sí porque no puedo decirte que no, mis manos no dejan de buscarte y mi espalda de redimirse ante tus manos, ante tu voz de turrón. Las palabras no se quedan a mitad de camino cuando las susurras, se vuelven un pacto, un amanecer con destino a la felicidad, me vencen en el podio de tu vanidad. Por eso es que esto solo lo entiendo yo porque te lo digo y tú porque te lo explico. Es delicioso abrazarte de frente, pero mirarte de reojo y perderme en ti es un arcoiris, una obra de arte, una palmera de colores, una pincelada refinada.
El clima me tiene celos, no sabe lo que es un vaivén de escalofríos al sentir tus roces o estremecerse al quedarse los dedos pegados a la piel, tocando el silencio y desconcertando la razón. Mi escenario a tu lado es el monte de los olivos, se deshilan las dudas, se descose la incertidumbre, la vida deja de ser un compromiso y el amor se viste de gala, es un espacio de paz.
Puedo brindar por las veces en que besarte los hombros me ha llevado a ver la cima del mundo, pero tú puedes brindar, celebrar, porque como tú has conquistado mi tierra: nadie.

tu luna comienza en mis pies

Se me ha muerto el cansancio, he perdido las ganas para irme a dormir, después de un largo día, de dar vueltas y hacer saltos de acomodamiento en la cama por mucho rato; decidí sentarme y repasar porqué tomar el teléfono, buscar tu número y llamarte para decirte 'te quiero' es un alivio. Seguro que tú sabes decirme mejor que nadie porqué es un alivio. Lo digo porque sabes muy bien porqué eliges no responder de vuelta a veces. Así que te he llamado y me has contado aquello que tanto querías contarme; yo pienso que vienes a decirme cualquier cosa menos eso que dijiste. No es que no quiero que te vayas, crezcas, respires y te llenes los pulmones de un salitre diferente aunque donde vayas no exista un océano al cual acercarse, saques adelante tu vida, sino que los pocos hilos que nos quedan haciéndonos de marionetas, en este puto escenario del destino, creo que se van a partir.
A mí no me queda espacio dentro para guardarte más amor. Perdóname, es que cada vez que me levanto a la mañana, al ver la claridad entrar por las escondites de la ventana, me doy cuenta que la luz no me sorprende tanto como la oscuridad; la oscuridad es muestra de nuestra intimidad, de las veces que te abracé tan fuerte que perdiste la consciencia durante el sueño.
Estuve inundada de estrellas fugaces en mi propia osa mayor, por dos semanas, que brillaban de manera especial, única, y me distraía con orgullo jugando con ellas, pero no dejaba de recordarte, porque tú eras el cielo detrás de esas estrellas, ese fondo de refugio. Por eso, en ocasiones me pregunto si tu luna, por lo menos, comienza en mis pies.
Yo quiero que seas más y que, eventualmente, me enseñes más de lo que no conozco. Pero sobre todo, que tengas muy pendiente porqué una noche comimos alitas y pan. Entonces entenderás que quiero que vueles pero que surtas por todo el trayecto migajas de pan que te indiquen cómo retornar a la voz que te dibujó en la espalda un sol y una luna en japonés porque eres brillante.
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nunca jamás

No dejas de emocionarme a pesar de sentirme así, vamos a dejarlo en el "así", sin compromiso. Sinceridad; nadie se llevará lo que tienes de mí. La sinceridad me robó una parte del alma y vivir con eso en la cabeza es mi madero al otro lado. Podemos revolcarnos en palabras, luego en caricias, rompernos en partes, o más bien partirme en dos por los dos, rebobinarlo, conversar sin temas y seguirán habiendo sensaciones mezcladas con recuerdos que volverán a dejarme el pecho tibio. Se me hace una ranura en medio, se siente tan caliente y tú sabes mejor que Peter Pan porqué, porque aunque yo vuele dando una imagen de mariposa sin colores y a ciegas con Campanita, siguen siendo las marcas de tu mano las que me llevan a la tierra de Nunca Jamás; la puerta a mi diario de noche. La distancia no ha podido dormirme las ganas de abrazarte por detrás todas las noches y la dulzura ha dejado de leerme cuentos de hadas porque tiene miedo a salir perdiendo. Hablar de esto es similar a la cara de idiota que vendo al deslizar el techo del carro pensando que el cielo me ha dado señales de vida para que no deje de buscar más de ti y continúe a(r)mándote.

mimos

Son tus abrazos. No es un abrazo, son tus abrazos. Tus brazos cruzan de lado a lado los costados de mi cuerpo, infantilmente una arma a matar andar entre los poros de mi espalda. Me encanta cuando haces que me meces en tu pecho. Es inevitable no sentir el estómago blandito y sentir escalofríos por todo el cuerpo por las ganas infinitas de cuidarte. Es una cola de abrazos y besos que voy atando a nudos pequeños y fuertes. Conmigo no debes esforzarte tanto; tu mirada me vale por la luna, tu respiración en mis mejillas por una playa y tus cosquillas debajo de mis costillas por cualquier tesoro. Es sentirse seguro entre risas y el escándalo de mi garganta porque repitas una y otra vez esas bromas inesperadas. Contigo el latir puede andar a pasos lentos pero puede correr a pasos largos también; tu voz tranquiliza el baile en mis orejas y tus manos compensan cualquier desequilibrio. Me rindo; te convido a mimarte por muchas horas, por el tiempo que necesites, por siempre. Hay cosas que nadie puede decir por nosotros...

macadamia

Quiero conocerte con el propósito de que me conozcas, dejarte todo, quitarte, si existe, la nada y abrigarte tan bien que ni desees soltarme durante el verano por poco que soportes el calor. No quiero ser tu único amor, si por lo visto hay uno que te ha dejado rayado; yo ahora solo batallo para ser quien te robe débilmente la mañana, la tarde y parte de la noche, que te dejo lo que resta de ella para que consideres dejarme contigo. Vuelvo a empezar un cambio de vida, vuelvo a viajar y he razonado que debo dejarte de último en el itinerario porque sé que lo que siga del trayecto me la pasaría distraída entre tu pelo de pistacho, tus ojos de nuez y tu boca de macadamia. Encontrémonos en la temporada de los frutos secos, estoy segura que tus atributos florecerán aún más. Me encanta divagar las noches en que no puedo dormir y las madrugadas en que el sol me despierta aún con la luna de compañera, y más contigo de protagonista. Siéntate a conectar mis lunares con la pluma de tu rostro y la tinta de tu lengua, que yo me encargaré de fundirte a través de los quiebres de mis dedos sin colarte. Sóplame lo que te gusta de mí, lo que deseas, lo que te despoja del descanso tierno. Quiero abrazarte tanto, tanto; tanto que he contado los besos impares que tengo ganas de darte por primera vez... ¿Será que me dejarás? Puedo dártelos pares también. Quiero parar de preguntarle a mi sentido del humor porqué te causo gracia con mis roturas, sé que saber me servirá para sobrarme el motivo de guardarte el corazón. Se acabó el cuento de hadas; me la puedo jugar por ti sin los siete enanitos, sin el jorobado de Notre-Dame, sin el rey león, sin los increíbles ni Bambi, y en grande. Cien veces me la juego y es porque sé que vales más que la pena. Vales amor. Lejos.

marioneta

Erízame la vida. Báñame con tu amor y los sabores de pureza del cielo de tu boca. Quítame las fuerzas. Úsame como tu marioneta preferida en el teatro de tus sueños. Cólmame de bien. Véndeme tu mal. Seré tu cara dura. Búscame las veces que necesites amor; te quitaré las dudas a dosis de abrazos. Márchate si debes, pero no dejes de sujetarme en la distancia. Palpa las grietas de mis labios. Siente la miel que te espera. Mójame los ojos. Fíjate la pasión que te mira. Perdóname por quererte. Perdónate por perdértelo. Porque podría ser fenomenal y nos lo estamos perdiendo. No seas fuerte. No seas... Déjame contigo. Gáname el juego. Deséame en silencio. Pídeme en voz bajita. Me pierdo en tu lengua y te quito la ropa. Si no es suficiente, pídeme que te diga en tu cara lo que te tenía que contar... Pues eso, que me importas.

tu sis(tema) solar: meteoros de marshmallows

Yo te lo voy a explicar para que lo entiendas; ¿te acuerdas cuando decían que Plutón había desaparecido?, te refresco la memoria, lo borraron intencionalmente de la lista de los nueve por no cumplir requisitos, ofendiendo su entorno, siendo planeta al fin, por ser enano. Yo estas cosas las dejo de entender cuando se complican, y se me entibian los pies, pero en lo sencillo comprendo que aunque dejes de brillar en tus mejores momentos yo no podría convocar ninguna asamblea entre mis sentimientos y mis pensamientos que te descalifiquen en mi sis(tema) solar de emociones. Tampoco podría enfrentar fuerzas cuando la Vía Láctea nace en las cachas de tus labios y tu mirada sigue siendo la única estrella que ilumina la oscuridad de mi día. Mi sol. También no podría confirmar que esta acepción que te he dejado tenga tamaño cuando quedé sin cintas intentando medirla con el anillo de Saturno una noche de lluvia de meteoros de marshmallows; es otra dimensión. La tierra no me ha servido para enterrar(te) nada, y sé que Marte mucho menos. Y es que a pesar de no tenerme, contigo, los espacios de Júpiter nos ven volando a pasos largos al agarrarte de la mano en mis sueños; la realidad sigue siendo otra, tú en Mercurio bien cerca del sol para no enfriarte las manos y mentirme por el frío, y yo en Urano bien cerca de Neptuno y su azul celeste, marino, lleno de manchas, que me recuerdan las tempestades de tu ausencia.
Sabes que encuentras la silueta de mi sombra en Venus en un dos sin tres.
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uno se hace el estúpido solamente con la gente que es débil

Yo no puedo salvarte con mi frase de que "uno se hace el estúpido solamente con la gente que es débil" cada vez que te das cuenta que siempre que entregas demasiado te perjudicas. Ni tampoco puedo regalarte una caja sorpresa donde la sorpresa sea una cobija que sirva de anti-decepción cada vez que las cosas se salen de su carril. Y yo sé que no es culpa tuya; todo en exceso hace daño, pero tú no sabes dañar a nadie. Tú has aprendido a dar, no a quitar; tú has aprendido a compartir, no a enterrar; tú has aprendido lo bueno, sólo que se te olvidó aprender lo malo de lo bueno. ¡Vamos!, debes de tener más presente que a donde tú vas no va el resto, ni siquiera la gente que vive contigo, y que en estos casos, aunque pese, sin fuerzas, se puede encontrar un alivio, una manta, que te quite el miedo, que te ayude a salir al mundo con otra cara. Puede que no entiendas nada, que no sepas cómo funciona, que te canses de darle vueltas al "qué está bien o mal", puedes confundirte, pero no te desgastes pensando, vive las cosas tal cual, en su ahora y saca lo mejor de lo peor. Tampoco te vayas de cabeza, ni te derroches hablando de tristezas, el cansancio, la fatiga; ya te dije, la culpa no es tuya, es que invaden tu espacio de manera torpe y no comprenden que si no eres así no eres tú, por eso te hieren; eres, tú, sin aparentar, sin esconderte, y nadie más es como tú. Tú has aprendido a jugar al todo, esperas todo, pues, si no puede funcionar así tienes que entenderlo, aunque no tengas otra opción, pero sigues teniendo opciones, no se acaban, porque puedes decidir no elegir. Si quieres puedes abordar un avión, un crucero, un tren, porque no tienes que ser del montón, y no hay ley que moleste más que no quieras ser del montón. No te lastimes más, agárrate, fuerte... Me he enterado que se puede vivir de antojos también.

otoño

Varias huellas colgadas de la espalda, de momento estaré empapada.
No me cuesta llegar a esta parte, resumir lo que es relevante, más que nada cuando sé que me ha marcado.
Las cuatro estaciones dieron sus frutos, tal cual; en la primera parte del invierno entendí porqué las decisiones importantes se toman en cuestión de segundos. La primavera me alimentó de manera especial, reconociendo que aunque decida no elegir aun así he hecho una elección. El verano fue una inspiración; conocí lugares insólitos donde soñé que soñaba, conviví con personas que me enseñaron a base de pruebas que lo esencial es invisible a los ojos, abracé la particularidad de cada individuo, viví un repertorio de emociones, acaricié las risas rebosadas de sinceridad, besé las ganas enormes de conocer a un desconocido y aún en la distancia sentí lo que es perder a un familiar. El otoño. Tengo que poner un punto y detenerme porque no puedo nombrarlo a secas. Lindo otoño. Sí, el otoño fue dulce, repleto de besos y abrazos... Tanto que había pensado que sería poco el término "lindo" para aplicárselo a esta segunda parte del invierno también. "Lindo invierno"... Pero para que no sea verdad, mejor que siga siendo un crudo invierno. Ya no quedan más estaciones; he construido tantas cosas este año que, de pronto, el preludio al libertinaje que está en la puerta no me interesa, solo quiero reventar de las ganas de querer.
Cada año que pasa no es bueno ni malo, solo está repleto de experiencias; yo me quedo con las que se quedan.

corazón de papel


Supongo que desde el momento en que decidí arriesgarme a entender porqué esquivabas mis miradas sabía que el amor encontraría su lugar. Supongo que no asumí el peso que cargarías sobre tu espalda que yo decidiera no buscarte reemplazo, porque yo estaría constantemente excavando en los posos del patio de Cupido para mantenerte cerca. Supongo que comprendí en un principio que sería inevitablemente complicado dejarte de querer. El amor contigo no hace discusiones, no se desgasta, no se mancha; no sé. Se llena fácil, se tilda de grande y se hace más grande con mi promesa; mi promesa de prometerte promesas. No hay tierra firme con los abrazos, se mueve el piso, y ahora los besos de solo revivirlos me hacen temblar los labios. El amor contigo no calcula, no deja de ser, no se mide; no sé. Se olvida de las listas de espera, del cansancio, de las pisadas sanas pero tontas; es, incondicional, inocente, simplemente es. Supongo que contemplarte por detrás implica no saber que la verdad se esconde por delante. Supongo que sabía que este Octubre las rosas blancas no llegarían del mismo color, si es que tomaban camino. En Octubre obtuve; obtuve tanto el año pasado, miraba de los pies hacia abajo y miraba de la cabeza hacia arriba, que aprendí que el silencio retumba en los oídos cuando se pretende escuchar. Supongo que si a ratos te fijas que mi corazón ha dejado de latir es porque tus sonrisas lo hicieron de papel. Supongo que mi pijama respira en la cama sin alma a ratos y la almohada va escondiendo sus plumas a pasos cortos. Supongo que es normal sentir la vida en tu mirada… Supongo que no sé suponer bien.